Cómo ser un fuera de serie, por Mario Luna

Te lo he dicho muchas veces:

Para ser más, hay que ser y hacer más.

Ahora bien, ¿te estoy diciendo con esto que tienes que dejarte la piel y esforzarte más que nadie? Y la respuesta es un NO ROTUNDO.

Mientras escribo estas líneas, hay personas que se están eforzando más que tú y que yo juntos pero que jamás lograrán nada memorable. Y la razón es esta:

Más esfuerzo no implica siempre mejores resultados.

La clave es otra.

Si quieres ser un fuera de serie y arrasar en todo, el secreto no está en trabajarpor resultados.

¿He captado tu atención? Fantástico. Dale al «play».

Como te explico en el vídeo, la clave es esta:

Dedícate menos a producir y más tu sistema de producción.

Porque… ¿recuerdas el mensaje más importante de la fábula que acabas de conocer? Se resume en esto:

Tú no quieres consumirte haciendo panes: consagra ese tiempo y energía a tu «panificadora».

Si Leopoldo Fernández Pujals —el fundador de Telepizza— no hubiese adoptado esta filosofía, se habría lanzado deprisa y corriendo a hacer dinero con algunas pizzerías. Y quizás así habría desarrollado un negocio para vivir holgadamente, de acuerdo.

Pero no habría sido capaz de levantar el mayor imperio de comida rápida que conoció mi país (y que por cierto no dejaba penetrar a las multinacionales yanquis). Así que…

…en lugar de apresurarse a producir resultados, se dedicó a optimizar su sistema de producción.

Y sólo cuando este se encontraba a años luz de ningún otro, empezó a franquiciar y a abrir otras tiendas. El resto es historia.

Entiéndeme: sudar sangre, darlo todo en lo que haces está muy bien. De hecho, a veces puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso. Pero el trabajo duro rara vez es suficiente.

Para terminar de interiorizarlo, imagina la siguiente situación:

Tienes un coche que casi se está cayendo a trozos y se te ha encomendado la misión de dar la vuelta al mundo con él.

La cuestión es: ¿cómo vas a llegar más lejos? ¿Pisando a fondo el acelerador o deteniéndote con frecuencia para hacer mejoras en la máquina? 

En esta analogía, el coche es tu sistema de producción, pues te permite «producir kilómetros».  Y tu trabajo es lo que haces con tu tiempo y energía en relación a dicho coche.

Evidentemente, si sólo te dedicas a conducir, al principio vas a «producir» más kilómetros que si consagras buena parte de tus recursos a reparar y mejorar el coche. Pero, si hablamos de pasarte años en la carretera… ¿cuál de las dos estrategias es más ganadora?

Por eso:

Trabajar para producir resultados sólo es inteligente cuando hablamos de un proyecto corto o pasajero. Pero cuando se trata de proyectos importantes —y muy especialmente de tu proyecto vital—, la mejor estrategia es dedicarte mucho más a mejorar tu sistema de producción.

A más de uno, la metáfora del coche le parecerá un poco simple. Pero si piensas en qué porcentaje de tu vida pasas en modo «piloto automático», dejándote llevar por la «maquinaria» de unos hábitos que fueron creados tiempo atrás, estarás de acuerdo conmigo en que puede resultarte de gran utilidad.

Porque no te quepa duda: funcionar o no maquinalmente la mayor parte del tiempo no es algo que puedas elegir. Tu cerebro está diseñado para hacerlo y es bueno que así sea.

Lo único que puedes elegir es si quieres participar en la programación de dicho «piloto automático» o dejarlo enteramente en manos del azar.

Y aunque está bien aplicar estas ideas a una actividad concreta, quiero ir un paso más allá e…

…invitarte a que consideres el conjunto de tu actividad diaria como un sofisticado mecanismo que te conviene «kaizenear» asiduamente.

Porque:

La calidad de este «mecanismo» = La calidad de tu vida.

Y lo cierto es que cuesta entenderlo.

Yo, por ejemplo…

…cuando no tenía ni idea de motociclismo pensaba que lo importante era cómo lo hacía el piloto en la carrera.

Sin embargo, a medida que fui profundizando comprendí que…

…cuenta más el trabajo que el piloto y su equipo desempeñan conjuntamente entre carrera y carrera.

Constantemente se preguntan qué pueden mejorar de sus máquinas. Cosas como: «dónde estamos perdiendo tracción», «qué está fallando en la electrónica», «cómo podemos distribuir el peso de forma óptima», «qué neumático se adapta mejor al circuito y al piloto»…

Y las horas que entre todos dedican a resolver este tipo de retos es muy superior a las que dedica el piloto a correr y entrenar. Así que…

…¿por qué no dotas el campeonato de tu vida de un equipo de ingenieros consagrados a la optimización de tus hábitos?

En la práctica, esto implica hacerte a menudo preguntas del tipo:

Si lo que hago a lo largo de mi día formase parte de un mecanismo, ¿qué tipo de mecanismo sería? ¿Cómo podría mejorarlo? ¿Qué podría hacer mejor? ¿Al realizar X actividad, ¿qué estoy haciendo de manera subóptima? 

Expresado coloquialmente:

¿En qué palmas?

(O como diría el compañero Gabi: «¿Cuáles son tus rendijas de palme?«)

Es decir, ¿qué cosas te hacen «palmar» recursos? ¿Dónde están los agujeros de tus procesos por los que se te «cuela» el tiempo y la energía?

Detecta tus rendijas de palme (te aseguro que las tienes) y trabaja en ir sellándolas.

Y ya que hablamos de ti, ¿quieres compartir tu experiencia pasada, presente y futura con los sistemas de producción? ¿Algún plan? Usa el apartado de comentarios para ello.

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Un fuerte abrazo.

Mario Luna.

Y AHORA… ¿QUIERES HACERTE IMPARABLE DE VERDAD?

(Estudia Psicología del Éxito, el inigualable libro de desarrollo personal de Mario Luna)